Himno esculta
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- He pasado largas noches en la selva
- junto al tronco perfumado del abeto
- escuchando los rumores del torrente
- y los trémulos bramidos de los ciervos.
- Yo he bajado en un madero por el río
- y he corrido como un potro por los cerros
- he colgado en el peñasco la buitrera
- y he lanzado los arpones en el piélago.
- estribillo
- Oh Señor tú que ves nuestros anhelos
- por buscarte en tus obras siempre inquieto
- hoy te pido que nos lleves de la mano
- a la paz de un eterno campamento.
- Si es verdad que no te encuentras aturdido
- en la mágica ciudad por el estruendo
- que se vengan a admirar aquí en tus obras,
- que te vengan a admirar en tus efectos.
- estribillo
- Encogido como mísera alimaña
- en la faz del peñasco gigantesco
- he admirado la belleza de lo grande
- y he llorado la ruindad de lo pequeño.
Lo solemne dice menos que lo humilde, la quietud dice más que el movimiento, las palabras hablan menos que los ruidos, y los ruidos dicen menos que el silencio.
- estribillo